MARCOS HERMANN: «AMO EL FÚTBOL Y QUIERO SER UN JUGADOR PROFESIONAL»

Es casi imposible dudar que Marcos Hermann llegará a ser jugador profesional algún día. No solamente porque el pibe categoría Sub 17 de Agrarios la rompe, sino por las convicciones con las que habla, y lo hace apenas con 16 años de edad.

Es el primer hijo del matrimonio entre Eduardo Hermann y Carina Dittler, ambos docentes. Nació en Cerrito, el 15 de mayo de 2000; pero es oriundo de Aldea Santa María. Tiene un perfil bajo, casi imperceptible, conserva en sus rasgos la frescura de un niño; y una sonrisa que difícilmente se le despega del rostro. Entre risas afirma que sus «11 goles en 10 partidos son sólo producto de la suerte y un poco de sacrificio», aunque, a esta altura, nadie le cree eso. 

Comenzó a pulirse en una gran cantera de campeones. Rico manantial del balompié Chacarero, la prestigiosa escuelita de fútbol de Unión Agrarios Cerrito. El Verde lo acunó desde los seis años y hoy retribuye con goles esa identidad futbolística de la cual está orgulloso.

Un chico realista, maduro, que habla de metas y no de sueños. Y que deja desnudo su lado mas sensible cuando afirma que «extraña mucho a su abuela materna, Bernilda, quien lo guía desde el cielo»; y que una de las cosas que más disfruta en la vida es «pelotear con su hermano Agustín, en la canchita de la aldea», aunque éste sea ocho años menor que él.

Tiene más títulos que varios jugadores de primera división. En 2014 fue campeón con la categoría Sub 15 y repitió en 2015, donde le sumó el campeonato con la categoría Sub 17 y el título con la selección de Paraná Campaña del Torneo Provincial Sub-15, organizado por la Federación Entrerriana de Fútbol.

Cuando habla de su equipo, se le ilumina la voz. Cambia la entonación y disfruta cada palabra que emite. Las elije una por una. «Tenemos que lograr mantenernos arriba. Queremos terminar primeros en nuestro grupo y esperar los play off», afirma con convicciones acentuadas.

Más allá de haber convertido más del 60 por ciento de los goles de su equipo (11 de un total de 18) insiste en que la clave del presente del la categoría Sub 17 de Agrarios, que dirige Mariano Menghi, es la columna vertebral en la que se sostiene: «Tenemos un gran arquero, nuestro fuerte es el arco. Agustín Grinóvero es un excelente portero. El medio campo lo maneja nuestro capitán y organizador. El que más mete y lucha, Agustín Buselli, él es el motor del equipo. Pero desde nuestro DT, hasta el preparador físico, Eduardo Otaño, todos somos responsables de este momento», declara el goleador sin rodeos.

Varios clubes ya han posado sus ojos en este delantero, pero el destino no ha querido dejarlo partir a un lugar donde arranque otra etapa en su vida. «Fui a Patronato pero no me adapté y decidí volverme al Verde. Estuve cerca de llegar a Rafaela pero perdí la oportunidad por ir a probar suerte a Paraná. Siento que aún no es el momento de irme», asevera.

Queda aún casi toda la segunda ronda del campeonato. Donde seguramente seguiremos salpicando páginas con goles de este asesino de redes. Un pibe de pueblo, que tiene como meta «llegar a ser un jugador profesional». Aunque hoy sólo le importa «aportar para que Agrarios sea nuevamente campeón. Salir goleador lo dejo en segundo plano. Los títulos individuales siempre serán la segunda opción para mí», finaliza el crack.

Por Luciano Mastaglia