La Asociación Social y Deportiva Diego Maradona cumplió 7 años el pasado 8 de abril, nacida en el populoso barrio Castaldo de María Grande, tuvo a la contención de los chicos como principal objetivo. Con mucho esfuerzo y dedicación, fue avanzando deportiva y socialmente.
Las mejoras en infraestructura fueron de la mano, pero nada fue fruto de la casualidad, hubo una especial planificación en cada paso y una especial gestión de sus dirigentes. Aldo Leonardussi, uno de los gestores del club, manifestó:
– La idea surgió de una charla con un amigo de la infancia. Por esas cosas del destino nos cruzamos y recordando cómo jugábamos en el potrero cuando éramos chicos fue alimentando las ganas de crear algo. La particularidad del barrio donde nació Diego Maradona, es fundamental. Distanciado de la planta urbana, en el noroeste de la ciudad en un barrio con sus propias características e idiosincrasia dentro de la sociedad. Siempre fuimos apasionados del fútbol y veíamos que esto se podía concretar, convocamos a amigos, vecinos, padres de chicos y a mediados de 2012 lo primero que hicimos fue armar una escuelita de fútbol. Usamos el mismo potrero del barrio que está en una manzana deshabitada, solicitamos autorización a la municipalidad y ahí comenzamos. Con el paso de los meses y viendo cómo se desarrollaba la tarea, vimos que había que darle forma institucional para seguir fortaleciendo la escuela. De esa manera en abril de 2013 fundamos el club. La base principal de aquellos primeros pasos fue generar contención a los chicos, un gran porcentaje del barrio tiene carencias económicas y eso impulsó a concretar el primer objetivo. Además habían muchos chicos que no tenían cabida en los demás clubes, lo que hizo que tuviéramos un muy buen número desde el inicio mismo.
– ¿Cuáles fueron los principales inconvenientes para darle una forma institucional?
– El gran temor era el terreno. La manzana se usaba para potrero o para pastorear ovejas y caballos. Empezamos a averiguar y el 25% de la manzana era privada y el resto fiscal, entonces el paso siguiente era resolver ese tema. Nos costó mucha dar con la propietaria porque no vivía en María Grande aunque sí tenía vínculos con la ciudad. La contactamos y estaba radicada en Buenos Aires, dialogamos, fue entendiendo lo que estábamos haciendo y se entusiasmó. Al no tener fondos para adquirir el terreno, pedimos una vía de solución al municipio encabezado por el intendente Hugo Maín. Entonces fueron donados otros terrenos a la propietaria y nosotros quedamos en el mismo lugar. Ya se había hecho un cerramiento del predio para darle seguridad a los chicos y cuidar el predio, fue la primera obra de infraestructura. El año pasado recibimos la escritura de los 2.500m2.
– ¿Cuándo comenzaron a participar en los torneos de Paraná Campaña?
– En el 2015. Fue otro gran desafío. Nosotros seguíamos desarrollando la escuelita, el primer año teníamos 50 chicos. Pero la dificultad era desarrollar partidos. No habían muchas posibilidades y ese fue un tropiezo que tuvimos que resolver porque no se podía mantener la escuela solamente con prácticas. Los chicos querían jugar. Hablamos con Rubén Rezett (presidente de la Liga de Fútbol), analizamos las posibilidades que había y era un gran desafío porque no contábamos con nada, ni con planteles, ni con entrenadores, ni con un trabajo adecuado para competir en Paraná Campaña. En octubre de 2014 nos afiliamos a la Liga y teníamos escasos meses para llegar al 2015 para arrancar con el campeonato. Le dimos forma a nuestra cancha, conformamos los planteles y salimos a jugar con las categorías oficiales del fútbol infantil (Sub 15, Sub 13 y Sub 11).
– Lógicamente que no fue fácil la competencia en virtud de ser una entidad nueva contra otras que tenían estructura. Sin embargo con el paso de los torneos, tuvieron equipos en fases finales.
– Sí. Para la institución cada año ha sido un gran paso. Fuimos superándonos en la enseñanza, la calidad del trabajo y eso redunda en lo futbolístico en una liga donde el nivel del fútbol infantil es muy alto. Alcanzar ese nivel lleva varias temporadas. El mayor inconveniente que se nos presenta es que seguimos con el objetivo de contener los chicos, de darle recreación. A su vez tener que competir en alto nivel de Paraná Campaña es otro objetivo diferente. Nosotros les brindamos posibilidades futbolísticas a todos los chicos por igual, de eso se trata la contención a través del deporte. Por ejemplo el chico que tiene sobrepeso, mentalmente no tiene interés en el deporte pero lo necesita y vamos por ese camino, no dejamos a ningún chico al margen. Hay jugadores que vienen de familias humildes, con marginalidad social y Diego Maradona los contempla, no los deja afuera de la institución.
– ¿Por qué el nombre de Diego Maradona?
– Fue un proceso democrático que hubo. No teníamos obligaciones de relacionarnos a la ciudad en ese sentido y como éramos todos futboleros quienes integrábamos la comisión, se nos ocurrió relacionarlo con un jugador. Diego Maradona fue un acuerdo unánime, era la mejor decisión homenajearla con una institución que persigue estos objetivos.
– ¿Y los colores?
– En su momento se plantearon y se hizo en función de los colores de otras instituciones. Somos un club del Siglo XXI y decíamos que teníamos que buscar otra combinación. Se tiraron sobre la mesa varios colores en ese sentido y la votación final quedó entre violeta y anaranjado. Por votación se eligió al primero.
– El club ha crecido sostenidamente en infraestructura, ¿de qué manera se fueron consiguiendo las mejoras y las obras?
– Con planificación. Los pasos que se fueron trazando fueron bien pensados, discutidos y planificados. Lo primero que resolvimos fue, más allá de conformar una escuelita de fútbol, hacer un cerramiento y se hizo con dos horizontes. Uno para darle seguridad a los chicos ya que era un lugar completamente abierto y por otro lado pensando en lo que teníamos que construir a futuro. En los primeros meses ya hicimos un diagrama de las instalaciones que queríamos, pensando en la institución que teníamos que edificar. Se dibujó el sentido que iba a tener el campo de juego, qué ubicación dentro de la manzana, qué espacio iba a quedar para el visitante y para el local y demás. Cuando entramos a participar en Paraná Campaña, trazamos una perspectiva del movimiento económico que tendríamos durante esa temporada, estimamos un presupuesto en base a la competencia y obras y trazamos los recursos; así trabajamos año a año. El presupuesto se trabaja en base a la cuota de socios, la venta gastronómica, la de los bonos tradicionales y trabajando con distintos programas del gobierno provincial a través de los cuales se nos ha aportado mucho. Han sido el respaldo para las obras. Conseguimos subsidios para realizar los proyectos y nosotros nos encargamos de cubrir la mano de obra.
– ¿Se piensa contar con una Primera División o es muy complicado?
– En la proyección que hicimos, estuvo desde un principio, está dentro del crecimiento que nos trazamos. Nosotros somos un club en las mismas condiciones que el resto de Paraná Campaña y tenemos la puerta abierta para desarrollar el fútbol en distintas edades. Obviamente que la cuestión que estamos viviendo nos afecta a todas las entidades deportivas, afecta las metas deportivas o de obras que teníamos para este año. Cuando esto acabe y llegado el momento, el primer paso será conformar un grupo que trabaje para ese objetivo. Lo importante es que la sociedad de a poco va asumiendo que Maradona es el club del barrio, existe la identidad, ya tenemos nuestro espacio en el funcionamiento social. Paulatinamente se va generando el lazo de afecto que se tiene por una camiseta, por un club, es un proceso cultural que se va dando.
Fuente: El Observador