Lisandro Alzugaray, de Paraná Campaña al fútbol grande con escala en cada estación.
Quién dijo que existe una edad determinada para llegar al fútbol grande. Nadie puede marcar un punto en la línea del tiempo para decir: “es acá, hasta acá tenés tiempo para llegar”. Ejemplos de que no existe tal regla, hay por todas partes. Muchos son del interior, donde deben doblegar esfuerzos para alcanzar los sueños ante la lejanía de los grandes equipos de Buenos Aires.
Lisandro Alzugaray nació en Viale el 17 de abril de 1990. Se formó en Viale FBC, integró las inferiores de Lanús, quedó libre y a partir de allí escribió su propia historia pasando por todas las categorías del fútbol nacional: Argentino B, Argentino A, Nacional B y Primera, luciendo los colores de Atlético Paraná, Chaco For Ever, Newell’s de Rosario y Central Córdoba de Santiago del Estero.
Pisó el fútbol de élite a los 28 años cuando lo contrató la Lepra. Viviendo un mundo futbolístico muy diferente al que venía transitando, se fue haciendo un lugar. Para muchos desconocido, se afirmó notablemente en el elenco santiagueño que alcanzó la final de la Copa Argentina 2019 donde cayó ante River.
El ex Viale FBC habló de sus vivencias a lo largo de esta carrera que aún guarda varios capítulos. De su amor por la V Azulada, del fútbol grande y de su sueño de ser papá.
– Jugaste en la Primera de Viale FBC siendo muy chico.
– Sí, tenía 16 ó 17 años. De ahí fui a Lanús donde quedo libre en el 2009 y me sumo a Atlético Paraná.
– ¿Siempre como volante?
– Desde el principio jugué más adelantado al 5. Al correr el tiempo, el enganche fue desapareciendo y fuimos hacia un costado para una línea de cuatro volantes. Cuando llegué a Central Córdoba, empecé a moverme como extremo por derecha donde más pude rendir.
En Atlético Paraná estuvo desde el 2009 al 2013 y del 2014 al 2016. Pasó por el Torneo del Interior, Argentions A y B y en el Nacional B.
– La posibilidad de llegar a Primera del fútbol argentino se dio ya de grande. La tuviste que remar bastante.
– Tuve que pelearla mucho para llegar a Primera, pasé por todas las categorías del fútbol argentino. Hay que lucharla, siempre con humildad, trabajar y no rendirse nunca. Me tocó llegar a los 28 años con Newell’s de Rosario, a esa edad nunca me lo imaginé pero uno siempre trata de disfrutar esos momentos que llenan de felicidad a una familia que está atrás y que saben lo que luchaste. Pero en cierto punto, gracias a Dios tuve recompensa. No me considero un ejemplo para los más chicos, solamente pienso que hay que trabajar y estar preparado para cuando surja una posibilidad.
– ¿Costó adaptarse y ganarse un lugar? Venías del ascenso, de otro fútbol…
– Es difícil porque cambian muchas cosas desde lo personal. En la cancha es otra la intensidad con la que se juega y el control del pase. Al principio hacía tres o cuatro toques y veía que mis compañeros paraban la pelota y juagaban, nunca hacían más de dos toques. Me costó ese tema pero lo pude adquirir en menos de un mes y me fui adaptando, fui evolucionando a lo que me tocaba. Sino aprendía esas cosas que son detalles, no iba a tener nunca la posibilidad de jugar en Primera.
– Te afianzaste muy bien en Central Córdoba, un equipo que ascendió y que pudo meterse en una final de Copa Argentina. ¿Se sorprendieron hasta dónde llegaron?
– Al principio sí. Hablando después de la final uno vuelve para atrás y piensa que fuimos el único equipo que no pasó ninguna fase por penales, siempre pasamos en los 90 minutos. Fuimos partido a partido. Después de Estudiantes de La Plata que le ganamos en cancha de Instituto, empezamos a decir “por qué no soñar”. Tras ese encuentro, en el vestuario, no festejamos porque todavía no habíamos logrado nada, pero en la semifinal con Lanús sentíamos que podíamos.
– ¿Cuál fue tu mejor partido en Primera División?
– Sin dudas contra San Lorenzo. Ganamos 4 a 1 en su cancha e hice dos goles. Para mí fue un cotejo inolvidable. Ganarle a San Lorenzo no es algo de todos los días y más como visitante. Fue el mejor partido que tuvo Central Córdoba.
– ¿De qué manera vive un futbolista la cuarentena?
– Tenemos la rutina que nos manda el preparador físico todos los días. Intentamos seguir lo más que podemos pero es imposible porque no tenés los espacios, el lugar, los elementos y demás. Tratamos al menos ir manteniendo lo que veníamos haciendo. Cuando se reanude todo vamos a tener unas semanas para ponernos a tono.
– ¿Qué jugadores te llamaron la atención por su nivel?
– En lo personal me sorprendió Nacho Fernández (volante de River). Un jugador que antes que tenga la pelota sabe qué hacer, hacia dónde jugar. Con un simple control te gambetea, tiene un panorama de juego formidable. Es un jugador muy completo.
– Te fuiste muy chico de Viale FBC, ¿seguís ligado al club?
– Siempre voy a Viale, no lo dudo. Cuando tengo tres o cuatro días, hago el viaje porque mi familia está ahí, siempre es bueno volver donde uno nació. Es la esencia del jugador que siempre vuelve a su ciudad natal. El club ha vivido cosas muy importantes durante estos años y también estoy pendiente de cómo le va. Tengo a mi primo que es como un hermano, Jona (Jonathan Weimer), con quien desde muy chiquitos estuvimos siempre juntos. Nos levantábamos y nos veíamos para ver qué cosas podíamos hacer. Nos gusta cazar, pescar. El jugó en Viale FBC y siempre estábamos pendiente uno del otro, debe ser el único primeo que tiene todas las camisetas de los equipos en donde jugué.
– Surgiste de Paraná Campaña como otros valores como Milton Casco, Paolo Goltz, Tomas Chancalay. ¿Está mejorando la formación del jugador para llegar a Primera? ¿A qué se debe el hecho de contar con tantos nombres en el fútbol grande?
– Hay muchos chicos que vienen creciendo y hay clubes que trabajan muy bien en inferiores. En Viale FBC se entrena muy bien, hay una buena escuela y tiene algunos chicos que están en Colón de Santa Fe. Se los entrena para eso. En cierto modo, los chicos quieren irse para cumplir su sueño, es lo que todo jugador de fútbol sueña: jugar en Primera. Deben saber que el único camino es el sacrificio y la humildad, de esa manera se pueden lograr las cosas.
– En lo personal estás viviendo un gran momento.
– Sí, voy a ser papá, es mi primer hijo. Ahora que estamos en cuarentena disfruto más de todo esto; en cierto modo si esto no pasaba, los fines de semana o muchos días no iba a poder disfrutar del crecimiento del bebé que por suerte lo está haciendo muy bien y sano. Trato de informarme sobre el embarazo y ayudar a mi novia, es un momento de felicidad y lo disfrutamos al máximo.
– Deportivamente hablando, ¿tenés algún sueño pendiente?
– Los sueños los pude cumplir, jugar en Primera y vamos en camino de tener un hijo. Van apareciendo otros y queda pendiente el ser campeón de la Superliga o de un torneo de Primera, seguiremos trabajando para eso.
– ¿Qué significa Viale FBC en tu vida?
– Soy hincha de Viale, es el club donde jugué y prácticamente donde crecí. Me dio la posibilidad de lo que soy hoy, me enseñaron valores y a la larga son aspectos que terminan jugando a favor para llegar a Primera.
Por Mauricio Jacob